Tú también puedes revertir tu historia

Lo que me define hoy: tengo una vida más grande que la que el mundo decía que debía tener.
Yo era de esas personas que parecían estar falladas de fábrica, de esas que, si lograban tener una vida “más o menos”, se tenían que sentir dichosas. Hoy, a la
distancia me veo así: desde pequeña, nunca era la mejor, siempre era mediocre.
Luego, mi mente se quedaba en blanco; nadie entendía lo que me pasaba, hasta parecía falta de atención. Con el tiempo se descubrió que eran ausencias (así las
llaman en neurología), que de a poco se convirtieron en ataques de epilepsia y progresivamente en el gran mal; tenía convulsiones con pérdida de memoria: me
despertaba y no sabía cómo me llamaba. Estuve muy medicada; los médicos no encontraban la forma de hacer que los ataques disminuyeran. En esa época no conocía la ley de atracción, pero siempre viví como sana: llegué a asumir esa enfermedad como algo que iba a suceder aleatoriamente; entonces, yo tenía que continuar con mi vida como si no estuviera allí.
Tuve muchos conflictos familiares, que no viene al caso recordar, porque he logrado hacer la paz con mi dolor; se ha sanado el pasado, cambiando ese sentimiento
de soledad y desamparo por paz.
Luego, llegaron Luz y Gloria a mi vida, mis bendiciones, las que me dieron las fuerzas para seguir adelante. Por muchos años fueron ellas la motivación para levantarme cada mañana.
Más tarde llegó la violencia de género. Hoy, cada vez que oigo de un femicidio, sano las memorias que comparto con esas mujeres y doy gracias por estar viva, porque sé que pude haber sido yo. Y aliento a las mujeres desde lo más profundo de mi ser a que no soporten ni un grito ni un desprecio, porque allí comienza todo: lo que hoy vemos como femicidios comenzó con un maltrato. El problema es que nos enseñaron a las mujeres a soportar, a callarnos, a no contar lo que sucede, y, cuando decides contarlo, no te escuchan.
Te cuento esto para que puedas ver que yo no tengo la vida que el mundo pensaba que tendría, que pude revertir el resultado y reescribir mi historia.
Salí adelante como pude. Hoy cierro los ojos y me veo buscando una vida mejor, sin saber cómo ni dónde encontrarla, pero con un sentimiento interior de no querer
conformarme con la vida que tenía.
Estoy segura de que el pasado se puede sanar. Quizás no se lo olvida, pero un día podrás verlo como ese lugar desde donde has sido capaz de salir.
Si trabajas en ti, lograrás reinventarte y dejarás atrás a esa persona que un día fuiste, para darle la bienvenida a la nueva y mejorada versión de ti mismo.
Esa “mejor versión” está en tu interior, te aseguro que trabajando en tí, tú también podrás reinventarte y tener una vida diferente a la que todos pensaban que vos podías tener.
Andrea Bruno
Coach

Comparte éste contenido

Suscribite y recibe de regalo "Atrae tus sueños" y boletines semanales