O tomas lo pasado y lo potencias, o lo dejas ir y decides redefinirte, cambiar y seguir adelante.

En general, las personas no tienen paz porque las perturban cosas que han pasado “en otro tiempo”; el tiempo pasó, pero ellas “se han quedado en el pasado”. Las personas en su gran mayoría, no se quejan, ni por el futuro (porque no lo conocen) ni por el presente; se quejan por el pasado: porque “no sabes lo que me sucedió; eso marcó mi vida”. Sí, yo creo que hay situaciones que marcan nuestras vidas, pero también que tenemos el poder de decidir qué queremos hacer con ellas: si guardarlas y revivirlas cada día, o hacer la paz con ellas y dejarlas ir.

Se puede sanar el pasado; eso, te aseguro, te llevará a tener un presente más libre y te ayudará a crear un mejor futuro.

Yo creo que los hechos del pasado tienen la incidencia que tú les permites que tengan en tu vida: o siguen creando tu realidad y provocas que se repitan una y otra vez, o decides sanarlos y seguir adelante.

A veces las personas se definen en función de lo que les ha sucedido en el pasado. Escucho en las consultas y sesiones de coaching que las personas se definen en función de su relación de pareja (“Estoy sola, me separé”) o de su relación con sus padres (“Mi mamá me condiciona y me baja la autoestima”; “Hace veinte años que falleció mi madre y no lo puedo superar”). Entonces se definen por medio de hechos del pasado, que seguramente han marcado sus vidas, pero le dan entidad a esa situación y le permiten dirigir sus vidas.

Te aseguro que se puede hacer la paz con el pasado: he pasado por la enfermedad y no me define una enfermedad; por violencia de género y tampoco eso me define; por carencia económica y tampoco. Antes me definía como “una persona a la que todo le cuesta el doble”; creo que las personas me veían y decían: “Pobre Andrea, cómo le cuesta todo”. Hoy me defino como “una persona que se animó a soñar, en un momento en que parecía que no era buen momento para hacerlo; que se animó a descubrir quién realmente era, sin tomar en cuenta lo que le había sucedido en su vida; y que se prometió a sí misma dejar de ser una ‘abandonadora’ compulsiva de proyectos y seguir, más allá del [ resultado, trabajando en sanar y en su crecimiento personal”. Porque el tiempo pasado está en su lugar, porque fue una decisión personal hacer la paz con lo que sucedió en mi vida y seguir adelante.

Un tiempo pasado no tiene por qué definirte hoy; de eso se trata el comienzo del cambio. Hacer la paz con el pasado es un proceso, te aseguro que no se logra de un día para el otro; pero decidir qué te definirá a partir de hoy es el comienzo de un cambio en tu vida. Es como decirle al universo:

“El tiempo pasado ya no tiene incidencia en mi presente. Hoy decido definirme de otra manera y así comienza el cambio en mi vida”.

Las personas sienten que necesitan un cambio, pero no saben por dónde empezar. La vida de las personas no cambia de un momento para otro; todo eso que ha sucedido en el pasado es lo que te condujo a sentir que necesitas un cambio en tu vida. Es el camino recorrido lo que te lleva a ese tiempo maravilloso en el que necesitas redefinirte para seguir adelante.

Yo no agradezco los malos momentos que he vivido, pero, ahora que el tiempo pasó, comprendo que me han servido para crecer y llegar a ese tiempo en el que,[  hace muchos años, sentí que necesitaba un verdadero cambio en mi vida. Y te aseguro que hoy muchas de mis experiencias me ayudan a ayudar a personas que han pasado por lo mismo. Así que lo vivido, vivido está; pude superarlo, el tiempo pasó y yo crecí, evolucioné, y parte de la evolución es dejar ir el pasado.

O tomas lo pasado y lo potencias, o lo dejas ir y decides redefinirte, cambiar y seguir adelante.

Lo siento, gracias, perdóname, te amo

Andrea Bruno

Coach


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